La reacción más común ante la mención de un seguro de vida es generalmente de rechazo o de aplazamiento. Nadie siente que es hora de pensar en su propia mortalidad y es muy fácil encontrar una excusa para ni siquiera considerar tal situación: “No tengo planes de morirme todavía”, “soy joven y tengo buena salud”, “mi cónyuge podrá hacerse cargo de los chicos”, “mis padres pueden ayudar".
Todas estas razones son producto del desconocimiento de la verdadera razón del seguro de vida o del valor de éste. Al contrario de la mayoría de los seguros que ayudan a su propietario a recuperarse de un evento que le afecte directamente su economía, el seguro de vida es para beneficio tanto del dueño del seguro mientras está con vida, como para sus seres queridos en caso de fallecimiento.
Muchos expertos creen que si se les llamara con diferente nombre, muchas personas los considerarían con mayor interés.
Sin importar cómo se desee llamar esta protección, el seguro de vida es simplemente eso, una protección económica para los seres queridos y debe considerarse prácticamente sólo cuando hay una necesidad de cuidar de la familia o de los compromisos que se han contraído. Básicamente el uso y razón de un seguro de vida es sustituir en el seno familiar el producto o las facilidades económicas que usted aporta, como su sueldo, su trabajo, sus cuidados, etc. Ya sea por una incapacidad permanente por accidente o enfermedad o la muerte.
Esto pone en el mismo nivel, tanto a quien provee el ingreso familiar, como al cónyuge que cuida de la casa y de la familia. Si dejaran de existir los aportes de uno o del otro, el sobreviviente necesitaría suplirlas de algún modo. Es tan duro para una esposa tener que salir a trabajar porque su esposo fallece, como para un esposo que queda viudo tener que cuidar de los chicos y continuar su trabajo simultáneamente, por usar ejemplos de situaciones familiares estereotipadas. Lo mismo pasa con una incapacidad de alguno de los dos. El seguro en estos casos ayuda a aliviar la carga económica y los gastos para los cuidados de la persona incapacitada de manera permanente. Es en este momento que contar con el apoyo de un ingreso adicional es más una tranquilidad mental que una manera de hacerse rico.
Este es el caso de Marta y David, quienes viven Colombia. David tiene su empresa de construcción y reparaciones y se establecieron con sus tres hijos de 3, 4 y 8 años. Marta tenía las manos llenas con los tres chicos y en sus pocos ratos libres pintaba. Su sueño, claro, era hacer una exposición de sus cuadros. David era el motor de la empresa y dirigía todas las operaciones y tristemente Marta no estaba al tanto de nada de la compañía.
A los pocos años de establecidos en el país, David sufrió un ataque al corazón y Marta se quedó sola al frente de la familia, el negocio, los chicos y bueno… pese a su fortaleza de carácter, fueron tiempos muy duros.
Como es de imaginar, Marta tuvo que olvidarse por un buen tiempo de sus sueños de pintar. Le tocó hacerle frente a un negocio que no conocía, en un país difícil y con los chicos aún muy pequeños. Sin embargo, David demostró que su familia siempre fue su prioridad y Marta pudo hacerle frente a estas muchas tristezas con un poco más de holgura, porque David tenía un seguro de vida.
Esta previsión de David facilitó a Marta de los fondos necesarios para los gastos del funeral, para pagar las deudas que tenían y poner el dinero a ganar intereses con los que sobrevivieron unos meses hasta que ella pudo tomar control del negocio y adaptarlo a sus habilidades. Por ejemplo, Marta pudo hacerse cargo de éste luego de que mandó a buscar a su hermana para que estuviera con los chicos, mientras ella aprendía los requisitos del negocio y se hacía una clientela.
Aún, si nadie depende de usted, es posible que tenga interés en proteger aquello por lo que tanto ha trabajado a para su propio beneficio adquiriendo los anexos de incapacidad por accidente o enfermedad. Por eso, muchas personas aprovechan los beneficios de un seguro de vida. Y en muchos casos, hasta para poner en manos de sus herederos los medios para proteger otros legados igualmente valiosos.
En resumen, un seguro de vida es un beneficio que usted obtiene para usted o para su familia y seres queridos y que le permitirá lograr alguno, varios o todos de los siguientes objetivos:
- Reemplazar en cierta medida el ingreso que usted produce en caso de su fallecimiento.
- Tener fondos para los gastos inesperados de funerales o similares arreglos.
- Crear una herencia para sus seres queridos.
- Tener un instrumento financiero que le facilite ahorrar, invertir o tener un colateral para préstamos.
- Sufragar los gastos de una enfermedad grave o un accidente que lo deje inhabilitado de manera permanente.
Piense lo que tendría que enfrentar su familia si usted no está, y cómo podría hacerles más fáciles esos momentos difíciles.
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