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La educación además de ser un derecho fundamental de las personas, es uno de los factores determinantes para impulsar el desarrollo de los pueblos. Por esa razón, la iniciativa del Senador Iván Duque, que busca permitir a los trabajadores retirar los aportes de cesantías para el pago anticipado de los estudios de educación superior de sus hijos o dependientes, resulta importante y pertinente.

La tasa de cobertura en educación superior en Colombia fue del 46% en 2013. Esto significa que menos del 50% de los jóvenes colombianos entre 17 y 21 años tienen acceso a una formación técnica, tecnológica o profesional que lo califique para el trabajo y le dé la oportunidad de mejorar sus ingresos. Por eso, es deseable que la cobertura sea mayor, pues la educación es un instrumento efectivo de movilidad social.

Así como la ley permite que el ahorro de las cesantías se retire para adquirir o remodelar la vivienda, o "para financiar los pagos por concepto de matrículas del trabajador, su cónyuge, compañera o compañero permanente y sus hijos, en entidades de educación superior reconocidas por el Estado", también se debe admitir que a través de un sistema de ahorro programado o un seguro educativo, los trabajadores puedan garantizar el acceso de sus hijos o dependientes a la educación superior a un valor mucho más bajo del que se cobra al momento del ingreso.

Es cierto que la finalidad de las cesantías es generar un ahorro para proveer de recursos a los trabajadores cuando terminan su relación laboral y quedan cesantes, pero es innegable que la posibilidad de pre-pagar la educación superior de los hijos o dependientes también constituye una alternativa que persigue el mismo objetivo.

La iniciativa del Senador Duque, además de aliviar a las familias colombianas de clase media, fomenta el desarrollo del país a través de la educación. Haga click aquí para ver proyecto ley.